miércoles, 16 de septiembre de 2009

Hombre que mira el cielo


Mientras pasa la estrella fugaz acopio este deseo instantáneo montones de deseos hondos y prioritarios por ejemplo que el dolor no me apague la rabia que la alegría no desarme mi amor que los asesinos del pueblo se traguen sus molares caninos e incisivos y se muerdan juiciosamente el hígado que los barrotes de las celdas se vuelvan de azúcar o se curven de piedad y mis hermanos puedan hacer de nuevo el amor y la revolución que cuando enfrentemos el implacable espejo no maldigamos ni nos maldigamos que los justos avancen aunque estén imperfectos y heridos que avancen porfiados como castores solidarios como abejas aguerridos como jaguares y empuñen todos sus noes para instalar la gran afirmación que la muerte pierda su asquerosa puntualidad que cuando el corazón se salga del pecho pueda encontrar el camino de regreso que la muerte pierda su asquerosa y brutal puntualidad pero si llega puntual no nos agarre muertos de vergüenza que el aire vuelva a ser respirable y de todos y que vos muchachita sigas alegre y dolorida poniendo en tus ojos el alma y tu mano en mi mano y nada más porque el cielo ya está de nuevo torvo y sin estrellas con helicóptero y sin dios...


-Mario Benedetti-

(capo de los CAPOS!...)

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